Correo del investigador don Victor Heredia, informándonos sobre el entierro de don Antonio Ochoa, hermano del científico y premio nobel Severo Ochoa, en el panteon PÉREZ DE VARGAS, en 1922:
Antonio Ochoa se marchó muy joven a Puerto Rico para conocer los negocios familiares, y luego se trasladó a Nueva York para perfeccionar su inglés y dedicarse a la fotografía. Cuando Estados Unidos entró en la Primera Guerra Mundial, su madre lo reclamó con insistencia, ya que temía que pudiera ser reclutado por el Ejército norteamericano, dado que había nacido en Puerto Rico. Haciendo caso a las insistentes peticiones de su madre, Antonio regresó a España y se instaló en Málaga con la familia. Severo sentía una gran admiración hacia su hermano, a quien consideraba un modelo a imitar. Si su madre intentó evitar que luchara en la guerra mundial, no pudo impedir que este joven de espíritu aventurero e idealista participara en la guerra de Marruecos como soldado del batallón expedicionario de Borbón. Antonio se libró del desastre de Annual, en el verano de 1921, pero contrajo una enfermedad infecciosa en campaña que hizo que fuera repatriado y volviera al hogar familiar gravemente enfermo. Finalmente, Antonio Ochoa de Albornoz falleció el 15 de mayo de 1922, a los 24 años de edad, a consecuencia de una meningoencefalitis palúdica. Su funeral fue de primera categoría, ya que se utilizó un coche fúnebre tirado por seis caballos. Fue enterrado en el Cementerio de San Miguel, en el panteón de la familia Pérez de Vargas. Antonio Ochoa murió en la casa que su madre había alquilado en Bellavista (la marcada con el número 8), junto al mar, buscando precisamente un lugar idóneo para su recuperación. En el diario La Unión Mercantil del día 16 apareció una esquela y una breve nota necrológica alabando las bellas condiciones de carácter del finado.
Panteón Pérez de Vargas
Blasón de la familia Pérez de Vargas
No hay comentarios:
Publicar un comentario